Treinta Poemas de Humor y una Canción Esperanzada, más o menos
Autor: Miguel García Casas
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PVP: 13€
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Descárgate el prólogo y el primer capítulo del libro en pdf –>
Jueves, 29 de Septiembre a las 18:30 h.
“Treinta Poemas de Humor y una Canción Esperanzada, más o menos”, de Miguel García Casas
Reseña del acto
El pasado 29 de septiembre, en la sede del Ateneo Blasco Ibáñez se llevó a cabo la presentación del poemario “Treinta poemas de humor y una canción esperanzada, más o menos”, de Miguel García Casas. El libro, que está prologado por el afamado poeta, Jaime Siles, fue presentado por la presidente del Ateneo, Isabel Oliver, y el secretario, Celestino Álvarez-Cienfuegos, quien introdujo la semblanza del autor y la presidente. Tras la intervención de Miguel G. Casas, cerró el acto el maestro Julio Delgado, quien deleitó a la concurrencia con temas argentinos muy conocidos, poniendo así fin a una tarde amena y alegre.
Presentación del Poemario de Miguel García Casas. Por Isabel Oliver
Buenas tardes, bienvenidos a la presentación del volumen sesenta y cuatro de la colección “Algo que decir”; hace unos días salió el sesenta y cinco, Bolivia–España por la igualdad, que presentaremos el día 20 de octubre, y ya ha llegado el volumen sesenta y seis de nuestro compañero, Juan Félix Baca; el sesenta y siete entrará en imprenta en unos días.
Quiero decir con esto, que nuestra editorial ha alcanzado un notable prestigio y que, cada vez son más los socios que deciden editar con el Ateneo. Esta es una actividad más que nuestra entidad pone a disposición de sus socios. En la colección Algo que decir, cuyo primer volumen edité en 2008, caben todos los matices y estilos: bien sea poesía, novela o ensayo. También se puede publicar en solitario como es el caso que nos ocupa, y en acompañamiento, con más compañeros cuando de elaborar antologías se trata, y que acometemos unas dos o tres veces al año.
El autor de “Treinta poemas de humor y una canción esperanzada, más o menos”, Miguel García Casas, es conocido en nuestra asociación principalmente, por sus actuaciones de broche final de algunos de nuestros actos. A su voz de bajo profundo, une su sentido del humor y el resultado es una especie de shows, de un hombre que primero nos cuenta una gracia y luego nos canta tanto la Comparsita, como Katiuska, o los Nibelungos.
Y es que Miguel García Casas sabe muy bien que el humor es un signo de inteligencia en tanto que quien hace uso de él demuestra una perspectiva ligera y clara de la realidad.
En los treinta y seis poemas y los veintiún aforismos de que consta este libro, Miguel despliega todo el arte del gracejo para transmitirnos, desde el primer poema titulado “Oda a la alegría poética”, hasta el último, “kaikus del nisperero”, sin dejar de lado los aforismos, todo un modo de ver las mismas cosas cotidianas y en las que no reparamos a diario, de una forma tan especial, tan rayana en lo absurdo que no puede por menos que arrancarnos una sonrisa a la vez que admiramos el vasto ingenio de este profesor, Doctor en Ciencias Biológicas.
Pero, si además de compartir con él el plato típico de nuestra tierra, la paella, hacemos nuestros sus consejos de huir del dolor y abrazar el humor para mejorar nuestra percepción vital, en su “Canción esperanzada”, podemos además, recrearnos con la divertida locuacidad del poeta en su “Oda a la alcachofa”, “El arroz al horno”, etc.
El sentido del humor es privativo de los humanos. La Naturaleza es sabia, y sabe que los animales distintos del humano no necesitan hacer uso del humor: ellos se dedican principalmente a cazar, procrear y evitar ser comidos. Los animales al nacer ya disponen de casi todo lo que necesitan, nosotros no. Nacemos totalmente desvalidos y seguiremos así durante varios años, necesitando la guía de nuestros progenitores para salir adelante. Y necesitamos llevar la las dificultades que a veces nos depara el porvenir, con una sensación de buen humor que nos ayude a no ver nubarrones en nuestro día a día.
Es por eso que varios estudios realizados en la Universidad de Viena han concluido en estar de acuerdo al valorar el experimento de que el humor genera respuestas de recompensa en el cerebro, las mismas que se despiertan con una comida favorita o las adicciones: una vez que alguien se ha reído, su cerebro quiere más. Hoy sabemos que es posible usar el poder de la risa para mejorar la salud y mejorar la enseñanza y el aprendizaje.
Pero, porque este libro sea de humor no pensemos que está exento de contundencia literaria: los más de los poemas son de arte menor, octosílabos, pero también podemos gozar del divertido poema trisílabo, “El bucle”. Encontramos, además, sonetos, haikus y composiciones libres (las menos), que además de robarnos la sonrisa, nos dan una lección de conocimiento de la métrica que el autor somete a nuestra disposición para el aprendizaje de la misma.
Mas, por si ya de por sí, no fuera bastante la calidad contenida en este poemario humorístico de Miguel García Casas, le avala uno de los grandes poetas de nuestro tiempo: el insigne Jaime Siles. Jaime dice de él en el magnífico prólogo: “Miguel García Casas sabe que la risa posee dos motores con sus respectivas textualidades, que son “reírse de…” y “reírse con…”. Él combina ambos con éxito y obtiene resultados destacables como “Discutomix Turbo Mil”. En “El gran pedo” se inscribe en la tradición del Deán Martí de Alicante, que escribió un tratado en latín sobre ello. Pero donde más lejos llega es en el uso de los dobles sentidos de los términos como en “A una jabonera o algo así”, que es una elegía a la próstata o algo parecido, y en “Acción satisfactoria”, en el que lo que se poetiza es la liberación de una micción dificultosa. Todo ello, sin olvidar –claro– la escritura de algunos aforismos entre la greguería y el haiku como “Ni todas las vacas tienen cuernos ni todos los cuernos tienen vaca”.
Hasta aquí la copia del fragmento del prólogo a este libro, que podrán leer íntegramente en el mismo.
No es casual que el rasgo más común de la literatura humorística aclame a la conciencia dolorosa del lenguaje: el humor acoge con benevolencia, casi filosófica el pensamiento de Nacch Beruhmten que afirmaba que el conocimiento del mundo a través de este tipo de literatura es casi imposible y hay que navegar en la balsa
de lo absurdo hasta encontrar la orilla de la divertida lucidez que nos lo muestre.
En cualquier caso, nuestro poeta del humor, Miguel García Casas, con este libro acaba de entrar literariamente hablando, en un espacio a caballo entre las virtuosas cualidades de la genialidad de la palabra y la razón, o la sin razón de la misma, pero que, en todo caso, alimenta consecuencias que el lector irá extrayendo y que no son más que el regalo de una mente ágil e inteligente.
La genialidad del humor absurdo radica en que nos hace contemplar un fragmento de la realidad desde un prisma desnaturalizado, creando así nuevas conexiones que nos llevan a darnos cuenta de que esa realidad inicial ya tiene de por sí mucho de sin sentido.
Con este libro estamos ante todo un despliegue de creatividad en movimiento que, puede servir para generar nuevas y excitantes ideas a la hora de plantearnos escribir de otra manera.
¡¡Enhorabuena!!
Vídeo del acto
Presentación del Poemario
“Treinta Poemas de Humor y una Canción Esperanzada, más o menos”.
De: Miguel García Casas
Presentan: Isabel Oliver, Presidente del Ateneo Blasco Ibáñez.
Celestino Álvarez-Cienfuegos, Secretario del Ateneo Blasco Ibáñez
Actuación Musical del Maestro Julio Delgado
Jueves, 29 de Septiembre a las 18:30 h. Entrada Libre.
En el Ateneo Marítimo, C/ De la Reina, 68.