Xavier Eguiguren: Cartas al cielo

Cartas al cielo

Aún tengo pesadillas. Veo sus uniformes, oigo los colores en blanco y negro del invierno, huelo la pólvora.

Mis padres lloran y sujetan la bandera. Cuadrícula de tela pequeña, tan desproporcionada la doblez como pañuelo olvidado en unas manos temblorosas.

Colores muertos, que atraen a gritos desesperados las lágrimas que caen muy lentamente. El mar de mi llanto se hace impotencia, no puede retener el agua en el descampado de un corazón, agujereado a balazos.

Quiero que se duerma el dolor, sedar mi desesperación y no sentir las punzadas de los cinco disparos. Ahogo los gritos en soledad bajo el cielo mil veces encapotado por la congoja.

Me duelen tus heridas, ¿”Javi” te has dormido? ¿no, Dios, te han asesinado?. Imagino tus ojos que son mares sin agua. La muerte tan infinita como la sal del océano. Daño eterno que quiebra mis dientes, cristales que escuecen las heridas, arrasan y rayan los iris.

¿Te duele “Javi”?, ¿Te han hecho daño mi hermano del alma?, si, te han matado y no has podido ver la cara de los verdugos. ¿Quien ha hecho que apagaras la vida? nosotros encenderemos para siempre tu alma.

Ayer, hoy, pasado mañana, siempre eterno el sin sentido de la barbarie. Olvidarte es como revivir el último de los tormentos en tu envoltorio de carne y piel. Negarte el recuerdo es volver a escuchar tu grito apagado con la primera bala. Cerrar los ojos a tu sufrimiento es permanecer en la oscura noche para siempre.

“Javi”, le hemos puesto nombre y cara a la cobardía de matarte por la espalda. Ya puedes descansar en paz.

A la memoria de D. Francisco Javier Delgado González-Navarro, asesinado por ETA, el 13 de diciembre de 1991 en Barcelona, y de todas las víctimas de la barbarie terrorista.

© Xavier Eguiguren. Ver curriculum »