LA INSPIRACIÓN
Y no puedo más…
Llevo un mes o más en barbecho.
Siembro con lecturas el ansioso campo de crear,
y viajo hasta el recuerdo más lejano y feliz,
pero nada, nada se hace presente.
Recorro todos los paisajes
y en ninguno me reconozco.
Soy extraño en todos ellos.
Las manos como en una danza macabra,
posan las yemas de sus dedos
sobre el negro alfabeto informático,
escribiendo lo que no quiero.
Su voluntad, contra la mía.
Los sinónimos como en una playa,
dispuestos a abrirse en generoso significado,
desaparecen, como burlas de troyanos.
Y desespero, y me enervo, y abandono.
Me quiero ver hundido en un pozo,
sólo arenilla seca bajo mis pies.
Arañan afanosas mis manos la humedad,
que se presiente, para tocar el agua,
pero ésta no llega, y sigo sediento.
Miré, accesible, la altura,
sin reconocer que sólo tengo brazos.
Tal vez los halagos, rebosen mi orgullo
y me pongan, deformado, al otro lado del espejo
sin reconocer, humildemente, la desproporción.
© Javier Tallón Sebastián