D. QUIJOTE O LA INMORTAL LOCURA
En un lugar por todos recordado
vives sin mancha la inmortal ventura
de ser tu mismo, sin las ataduras
en el orden social recomendado.
Por encima del sueño, la locura,
fluyendo a borbotón enajenada,
te hace encontrar la forma modelada
que quieres dar a tu batalla última.
¡Oh, Caballero Andante enamorado,
Fiel y platónica persiste tu quimera¡
Que con la Historia desafío has logrado
y conseguido que en ella hoy se lea,
donde antes era Aldonza, Dulcinea.
En gracia y en belleza has elevado
a la señora de tus pensamientos.
Tan servil grado de afán has alcanzado,
que ante sus plantas mandas conquistados
a magos, a gigantes y hechizados.
Furiosamente alzaste tu hidalguía
contra gigantes vestidos de molino:
tu espada defendió con valentía
a la verdad fatal en tu camino.
Enebro y aire lamieron tus heridas.
La noche errante te dio a beber su brisa.
Y acariciaste la dicha de ser grande
por desfacer entuertos a porfía.
Después de cuatro siglos aún cabalgas.
Eres el oropel de estanterías.
Como un devocionario del ateo,
redentor de la inculta eufonía.
En este desconcierto que es la vida,
donde reina en desierto la esperanza,
bueno es tener un rasgo de locura
y ser un D. Quijote aún con mancha.
© Isabel Oliver González ver currículum »