ESDRÚJULAS POLÍTICAS
Muéveme el ánimo,
irónico y severo
pues este poema no es platónico,
es mas…satírico, electrónico
como el flamígero verso de Quevedo.
Es verso en crítica metódica
de esdrújula real o metafórica,
es… cuántica, simbólica,
cáustica, volcánica, retórica.
Primero fue un crápula pretérito
de fáctico poder que estuvo cuatro décadas
hasta que al fin, famélico y decrépito
llegó la página demócrata y magnética.
Mas, no fue el júbilo unánime y genérico;
mesiánicos políticos, homólogos gaznápiros,
hicieron fístula de nausea, y es patético
ver el escándalo del lóbrego tentáculo
que puso en su bolsillo, cual hábito genérico
la hacienda del cándido famélico
con actos de número vandálico.
Y huérfano el votante queda impávido,
que solo ve retórica de número sin lógica,
solo fonética geográfica de párvulo,
ridículo tópico que es lápida de lóbrega,
de idéntico y simbólico parámetro.
A esos ladrones de fétido grupúsculo
les llegará su pórtico jurásico
ya en forma de mágico forúnculo
que irónico en el glúteo, sea pútrido parásito.
No ha de quedar prostíbulo en el ágora,
marche el hipócrita catódico,
lleve su habito y su fábula;
que solo gobierne el cálido metódico,
solo el didáctico sin mácula.
Llegue ya un púlpito ecológico
versículo unánime y diurético,
con cábala, con ánimo y arrojo,
satélite, titánico, energético.
Y cuando el último mamífero mamón
en diáspora ecológica se esfume,
un cálido y mágico perfume
pondrá su lúcido telón,
autónomo y demócrata resumen
de este país, o estado, o patria, o nación.
© Miguel Ángel Martínez Collado ver currículum »