3er. premio de poesía. Antonia Navarrete Lebrato

3er. premio de poesía. Antonia Navarrete Lebrato.

HABLARÁN LOS ROSALES Y LOS LIRIOS

Al fin llegó el silencio a nuestras vidas
con la mirada ausente y con recelos,
con espinas que hieren nuestra piel
y gritos que marcaron las distancias.

No importó el amanecer encendido,
ni pasos que dejaron nuestras huellas,
ni el dolor que nos causan los fracasos,
ni proyectos que hicimos a escondidas.

Los dos ocultamos las penurias
con la mente distante y temblorosa.
Te vi caer en mi hombro tu cabeza
con la piel aperlada de tu frente.

Te juzgarán las ramas de los sauces
por las verbenas tristes y vacías,
por nuestra mesa ausente de cálices
mostrando las maldades de tu cara.

Hablaran los rosales y los lirios,
de tu pobre conciencia de amargura,
inventando mentiras que hacen llagas
y ocultan el valor que yo merezco.

En estelas del mar grabé mi nombre,
borré las huellas con sabor amargo,
ahuyentando de mi frágil sentimiento
las mil rocas que dañaron mi mente.

Vuelvo feliz a mi fiel caladero.
Busco sentir aromas de la brisa
que me hacen regresar a mi pasado
donde guardé las letras de mis cartas.

Palomas blancas vienen a mi encuentro
y traen flores frescas en el pico,
miro el ramo y consigo olvidarme
de palabras ingratas que me hieren.

El mar me baña con su espuma blanca,
me envuelve en el salitre que se expande,
me besan la bravura de las olas
y me siento sirena que navega.

Con su rugido el viento me reclama.
Quizás sea que teme que me dañen,
siente miedo y me advierte del peligro
para no hacer más grande mis fatigas.

No me detuve. Avancé con el tiempo
sola, descalza y con pies desnudos,
pero saqué mi coraje y mis fuerzas
para volver a mi fiel caladero.

Regreso a donde la lluvia no moje,
ni el viento mueva mis frágiles hojas
y recuerden la tinta del papel
donde grabé el amor que en mí se engendra.

Esquivaré la sombra de la noche
si no aprecia las horas que le ofrezca
con los golpes sufridos en mi pecho
y el cariño sublime que rebose.

Solo dejaré, en manos de agua clara,
la pasión que renace en mi latido
y lean, sin mentiras ni rencores,
la nobleza que describo en un lienzo.

Es la historia final de mis derrotas.
Y ya forman parte de mi legado
No hubo imposibles. Todo sucedió.
Fue senda de una vida sin amor.

Exordio realizado por el profesor Alberto Requena al tercer premio de poesía obtenido por Antonia Navarrete Lebrato

“HABLARÁN LOS ROSALES Y LOS LIRIOS”

«Hablarán los rosales y los lirios» es un poema de carácter introspectivo y emocional, que utiliza una rica imaginería natural para explorar temas como el desamor, la resiliencia, y la búsqueda de la paz interior. La obra transita entre la tristeza por las experiencias vividas y la esperanza de encontrar refugio en un lugar simbólico y emocional: el «caladero» de la memoria y el amor propio.

El poema aborda la experiencia de una relación marcada por el dolor, las traiciones y los desencuentros, pero también celebra la capacidad del yo lírico para superar estas dificultades y encontrar fortaleza en su propia identidad. A través de imágenes como el mar, las palomas, los rosales y los lirios, el poema subraya la idea de que la naturaleza y el tiempo son aliados en el proceso de sanación.

La metáfora del caladero como un lugar seguro y simbólico refuerza el mensaje de autodescubrimiento y paz interior. Las imágenes naturales, como «las palomas blancas con flores en el pico», son evocadoras y añaden una dimensión lírica a la narrativa emocional. El cierre del poema, con la idea de «agua clara» y la nobleza grabada en un lienzo, refuerza el mensaje de autenticidad y superación.

El lenguaje es emotivo y accesible, con un tono confesional que invita al lector a empatizar con el viaje emocional del hablante. Las imágenes naturales están bien integradas en el poema, creando un vínculo simbólico entre el entorno y el estado emocional del yo lírico. La fluidez del verso libre permite que las emociones del hablante fluyan de manera natural. Las metáforas y símbolos son efectivos. El poema mantiene un equilibrio entre el lamento y la resolución, lo que le da una estructura emocional clara.

El poema no sigue una métrica tradicional, lo que le permite un tono más libre y moderno. Sin embargo, su estructura está dividida en estrofas que actúan como «episodios» emocionales, lo que facilita la narrativa del viaje interno del hablante.

El poema logra transmitir una sensación de lucha, dolor y eventual liberación. La conexión con imágenes de la naturaleza y elementos simbólicos como el mar y las flores permite al lector sentirse inmerso en el viaje emocional del relator.

«Hablarán los rosales y los lirios» es un poema poderoso y emotivo que celebra la capacidad humana de superar el dolor y encontrar refugio en uno mismo. El conjunto logra transmitir un mensaje claro y universal sobre la fuerza interior y la búsqueda de la paz.