1er Premio de Poesía XIV Certamen Literario Ateneo Blasco Ibáñez 2023
Luis Auñón Muelas
Desesperada Ausencia
El rumor del agua está en mi corazón.
El agua que me empapa en la noche sosegada.
El agua que fluye en mi silencio.
El agua que derrama soledad a chorros
sobre el vacío de la noche interminable.
El rumor del agua en los bocines
del molino roto de mi pobre alma.
El rumor que se enreda al desespero,
que llega y se detiene,
que se ciñe a mi talle.
Aristas diluidas en la niebla del estío,
El agua que me arrastra hacia el naufragio
y me conduce a la isla del olvido.
* * * * *
Naufrago en tu océano sin límites
con el acrostolio de tus besos en la piel.
Bebo la esencia salada de tus labios,
saliva anegada de espuma embravecida.
Clímax encendido de la tarde
enfrentado al oleaje que ondula el horizonte.
* * * * *
El mar bosteza y brama,
Vomita caracolas, aguamalas,
fósiles, conchas, medusas melancólicas…
Lanza su bravura a nuestros torsos,
cuerpos abatidos por las olas
sobre el acantilado y el sol de medianoche.
Mi barco barloventea
en los escollos puntiagudos de tus rocas.
Y la soledad se refleja en el horizonte ausente e infinito
del lejano acantilado al que no llegan tus olas.
* * * * *
Te persigo por playas solitarias.
Te busco por la arena,
agudos arrecifes, islas de corales,
piélagos inmensos, paradisíacas islas…
Nubes mecidas por la brisa de tu boca
en la noche oscurecida por los mirlos.
Latidos un mi corazón contra las olas
que lamen la herida abierta de tu ausencia.
Pero no me dejes solo ahora.
Llévame contigo.
Arrástrame entre tus innumerables brazos.
Bésame con tus labios de coral.
Arrójame con fuerza al abismo del deseo.
Condúceme a las inmensas quietudes de tus playas.
Arranca con tus manos de espuma la tristeza de mis días.
Lame con tu lengua de musgo mis heridas.
Chorrea sobre mí con tu voz pausada gota a gota.
Con tu voz que golpea el arrecife,
con tu voz que se quiebra en mis silencios
y se rompe a borbotones en el lejano acantilado
de la inmensa nostalgia de la noche.
Añoranza sombría en el delirio de tu ausencia
del momento inútil tras las dunas donde espío
el tiempo y el amor que ya no me pertenecen.
* * * * *
Todavía conservo tu perfume de algas,
el sabor de tus besos, tu sonrisa,
un trozo de tu falda,
un mechón de tu cabello,
un jirón de tu braga…
Y estos versos prendidos a tu ausencia
que me inspira el amor imposible.
* * * * *
Te amo, mujer.
Más que Romeo amó a Julieta.
Más que Preseren amó a Julia.
Te amo más que a la Venus del Espejo,
más que a Cibeles y Afrodita,
más que a las mujeres de Nínive y Babilonia
y a las diosas del Nilo.
Te amo más que a Ronsard,
que a Goethe y que a Walt Whiltman.
Pero sólo me queda tu perfume,
el sabor del coral en mi boca,
tu piel cincelada de algas
y un montón de recuerdos confusos
en un recóndito rincón de la memoria.
* * * * *
El mar ensombreció el recuerdo.
Exhibió a la tarde el tatuaje de acrostolio;
lo esculpió en la escollera lejana e infinita
del terrible mar de tempestades
donde el éter levita entre las jarcias.
* * * * *
Pero no me dejes solo ahora.
Llévame contigo.
Apiádate un mí.
No me dejes morir en esta playa
de nostalgia y recuerdos infinitos
donde la soledad y la ausencia
me arrastran hacia algún lugar espiritual y eterno.
No me dejes
acariciando eternamente el enigma de tu ausencia.
besando el secreto de esta playa sin límites.
Sin saber por qué te espero todavía
a las puertas mismas de la muerte.